Las 7 hectáreas del Domaine De Moor, se encuentran a 5 km. de Chablis. Nombre que procede del Celta y significaría “Casa cercada de madera”.
Con suelos de creta y caliza, clima continental, trabajan con esmero la Beaurois o Chardonnay.
A partir de esta añada es cuando el viñedo es biodinámico. No filtran, ni pasan por barrica los vinos.
Llama la atención la baja intensidad de color. Los aromas siguen con esa delicadeza, pero con notas super mágicas de verdor frutal, más que herbáceo o vegetal. Es como si mantuviera el acido de una manzana (málico). Levadura de cerveza y sutil Queroseno.
Hemos tomado grandes vinos de Chardonnay o Chablis, pero ninguno como este.
A esa insuperable sensación aromática le acompaña el frescor, sedosidad, expresividad, delicado final.
Este vino debería embotellarse en doble Mágnum, no pensando en la guarda, sino en prolongar el disfrute de beberlo, a una temperatura de 10-12ºC.
Sensacional a la hora del aperitivo, lo podemos acompañar con queso de cabra, y dejándonos llevar por el “Terroir”, armonizarlo con un Carpaccio de setas, unos Berberechos, Almejas y Mejillones a la plancha.
Por todo ello, y habiendo probado grandísimos vinos durante el año. Nombro a este como mi vino favorito del año. Su etiqueta era la mejor tarjera de presentación de lo encontraríamos dentro.
Reconozco que tengo debilidad por los Bio.
P.D. Este vino se lo dedico a una amiga que espero este disfrutando de la magia del Universo. À bientôt.
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